28 de abril de 2014

Dionisio Aguado y García, y su estancia en Fuenlabrada

Resultado de imagen de dionisio aguado y garciaDionisio Aguado y García.  Nació el 8 de abril de 1784, y murió el 20 de diciembre de 1849. Era compositor y guitarrista clásico. Es sin duda uno de los guitarristas españoles más célebres del siglo XIX. Se marchó a París en 1825, y atrajo la atención de músicos relevantes de la época por su virtuosismo, y alcanzó un gran éxito con sus recitales. En 1838 regresó a Madrid, donde dedicó su vida a la enseñanza hasta que murió el 29 de diciembre de 1849. Le son dedicados una escuela de música y un instituto de educación secundaria en nuestra localidad. 

Vivió junto a su madre al final de la calle de las Navas entre 1807 - 1817, justo en la invasión de los franceses en España. Hoy una placa recuerda su vida en Fuenlabrada, en un edificio situado al lado de donde estaría su vivienda, actualmente desaparecida. 

(Pincha en la imagen para ampliarla) | Placa donde recuerda su vivienda,
en un edificio al lado de su desaparecida vivienda

El 30 de Enero de 1858 se publica una biografía del célebre guitarrista Dionisio Aguado.

Podemos leer que la invasión francesa en 1808 le obligó a retirarse con su madre en una casita a Fuenlabrada (al final de la calle de las Navas esquina calle de Leganés). Sus beneficios a los vecinos le hicieron acreedor a una gratitud sin limites. Es decir, los fuenlabreños le conocían y le agradecían su presencia. Ya que si seguimos leyendo, nos dice que en alguna ocasión fueron muertos varios franceses acantonados de Leganés en nuestro pueblo (lo normal en aquella época, los españoles se defendían y querían la independencia de Francia). Esto hará que el general de la división envía a Fuenlabrada una gruesa columna con la orden de reducir la población a cenizas. Aguado en cuanto lo supo se dirigió a Leganés para entrevistarse con el general a quien conocía por tocar la guitarra en su pabellón, ofreciendo la entrega de los verdaderos culpables en el caso de conocerse el paradero y que revocase la orden terrible que iba a ejecutar. Al acabar la Guerra se dirige a Madrid donde morirá el 29 de Diciembre de 1849.

Como vemos, Dionisio Aguado ayudó en parte a salvar nuestro pueblo durante la Guerra de la Independencia. Un gesto que merece ser reconocido en parte por la ciudad.

(Pincha en la imagen para ampliarla) | Biografía escrita en 1858

17 de abril de 2014

Desaparecido hospitalillo de Fuenlabrada (s.XV)

Localizado antiguamente en la calle de la Fuente, en concreto, en el solar que hoy alberga la Casa de la Cultura era atendido por un hospitalero, quién residía en él junto a su familia a cuenta del municipio. Aunque resulta imposible datar su fundación, y tampoco se conocen datos sobre su preciso funcionamiento, si sabemos que fundamentalmente era albergue de transeúntes y menesterosos, aparte de dar cama a enfermos mendicantes, y que disponía de sus propios recursos, procedentes con seguridad de donaciones u obras iniciales, pero que también el Ayuntamiento contribuía a su sostenimiento, y así, entre 1678 y 1686, aquél creó una institución benéfica específica para los "pobres del hospital", a la que el Consistorio contribuía con 600 reales. y aunque casi siempre estaba en estado ruinoso, se atiende en primera instancia a los vecinos como también a los heridos en las novilladas. 

Fuenlabrada contaba con los servicios permanentes de un médico, al menos desde el siglo XVII, pues ya se hace referencia a él en un documento del 6 de febrero de 1658, y aunque no se da su nombre, si se aporta su salario, consistente en 5.000 reales anuales por la atención de los habitantes más pobres, que complementaría con el sistema de igualas pagadas por aquéllos con más posibilidades. Tan sólo cuatro años más tarde, por un documento de 12 de abril de 1662, conoceremos el nombre del doctor de Fuenlabrada, que seguía percibiendo idéntico sueldo: don Valentín Carrión.

De vez en cuando había epidemia de viruela, y de otras enfermedades propias de la época. La gripe, en unos años en el que la vacuna era un lujo, constituye una enorme preocupación. Prueba de ello es que cuando en 1918 se produce una epidemia en Moraleja de Enmedio, el alcalde ordena que un guardia se sitúe a la entrada de Fuenlabrada con la misión de que ningún vecino de la citada localidad entre en el pueblo y corra el riesgo de contagio. Desde luego ni las condiciones ni la esperanza de vida eran semejantes a las de hoy en día: "Y el color negro, aún se recuerda. poco tenía que ver con las moda, significaba estar de luto, un luto que duraba 3 años cada vez que un pariente moría". 

(Pincha en la imagen para ampliarla) | Antiguo hospitalillo en la década de los 60

  Bibliografía de este artículo:
» José Luis Rodríguez Jiménez, Gloria Gómez-Escalonilla: "Fuenlabrada Siglo XX: De un pueblo a una gran ciudad"; Edita: Ayuntamiento de Fuenlabrada; ISBN: 978-84-691-5266-9; Depósito Legal: M-37212-2008